- Se aprovechará mejor el lúpulo
- Se eliminará el DMS con la evaporación
- Favorecerá el “hot break”
Estos aspectos no los desarrollo en esta entrada puesto que
no son el objeto de la misma, si bien era importante citarlos por que
argumentan el porqué es necesario conseguir un hervor potente y borboteante.
Centrados en las ollas eléctricas (no abordo el tema con los
quemadores de gas puesto que no los he usado nunca para hacer cerveza), el
primer aspecto a tener en cuenta de cara al éxito será considerar la potencia
que tiene nuestra resistencia en relación con la capacidad.
Como es lógico no es lo mismo una resistencia de 2600 W para
calentar los 40 l de una olla que para calentar un vaso de agua, valga la
exageración como el mejor ejemplo.
Dos de las ollas más usadas en el mundo cervecero (me baso
para decir esto en lo que leo de mis compañeros cerveceros en el foro de la
ACCE) son la Royal Catering 40L y la Buffalo de 40 l. Lo primero que hay que
hacer es una puntualización respecto a la capacidad de la Royal Catering, ya
que su nombre se presta a confusión, pues aunque se denomine 40L su capacidad es
de 30 litros.
Las potencias son de 3000 W la Royal y 2600 W la Buffalo. Si
a la mayor potencia de la primera le añades que su capacidad en volumen es
menor, pues obviamente hierve mejor, y cuando digo mejor –según leo en el
foro-, es que no necesita apaños para conseguir el vigoroso hervido que
buscamos.
En cambio, y ahora sí que hablo por experiencia, la Buffalo
anda un poco justa de potencia. Antes de
hacer modificación alguna hervía a ratos, pues el termostato de vez en cuando
hacía cortes rompiendo la continuidad del hervor. Ahora, una vez aislada la
sonda los cortes han dejado de producirse y el hervor es vivo, si bien debo
confesar que me que gustaría tuviera un poco de fuerza más. Intentaré darle ese
empujoncito que le falta mediante el uso de un aislante alrededor de la olla y
si es preciso el uso de una tapa de campana.
Recuerdo que cuando busqué qué olla eléctrica comprar vi
unas cuantas con menos potencia, no por ello más baratas. No las he probado,
pero así a priori las desaconsejo. Creo que los 2600 W de la Buffalo para 40 l
es una buena referencia de mínimos.
La modificación o tuneo que os enseño en el vídeo es muy
fácil de hacer. Cabe mencionar que no fui yo quien lo ideó, sino otro compañero
de la ACCE que no menciono de manera expresa por no conocerlo personalmente y
respetar su intimidad. Toda mi labor se limita a haber hecho “el arreglo” y
grabarlo para facilitar la tarea a quienes pueda interesar.
De manera muy escueta diré que la modificación consiste en
aislar la sonda de la base de la olla. Al hacer esto la temperatura que
registra es menor, de modo que el termostato no interrumpe el circuito y la
resistencia sigue suministrando calor.
Es obligado decir que debemos considerar el termostato no sólo como un controlador de la temperatura sino también como un elemento de seguridad. Es por ello que, sin ánimo de ser alarmista, aconsejo una especial atención en el transcurso de la elaboración, sobre todo las primeras veces.
Es obligado decir que debemos considerar el termostato no sólo como un controlador de la temperatura sino también como un elemento de seguridad. Es por ello que, sin ánimo de ser alarmista, aconsejo una especial atención en el transcurso de la elaboración, sobre todo las primeras veces.
2 Comments:
Hola, una pregunta: Al aislar la sonda, tambien se pierde la referencia de control de temperatura del mando del termostato ya que no está registrando la temperatura real del metal. ¿Cierto?
Hola Luis. Efectivamente al aislar la sonda la función del regulador de temperatura del termostato deja de cumplir su función. Ya no habrá correlación entre la temperatura que selecciones y la que haya en la olla, puesto que la sonda al estar aislada no dará una lectura real. Este apaño tan solo es válido para conseguir que el termostato no corte el flujo de corriente a la resistencia y por tanto esta esté calentando siempre.
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